Esta historia aún no ha terminado. Tyrone González, conocido en el medio musical venezolano como Canserbero, tenía 26 años el día de enero de 2015 en que su cuerpo cayó por la ventana del décimo piso del edificio Camino Real, en el norte de la ciudad de Maracay.
Según informó el diario El Nacional, de Caracas, al día siguiente, el aparente suicidio de Canserbero ocurrió: “luego de que en medio de una crisis emocional severa asesinó de varias puñaladas a su amigo y productor musical Carlos Molnar, de 35 años de edad, también bajista del grupo de reggae Zion”.
En ese momento, hace ocho años, se informó que Canserbero padecía un cuadro emocional que le producía alucinaciones y, aparentemente, se negaba a recibir ayuda médica. “Personas cercanas a su entorno señalaron que además tenía un cuadro esquizofrénico”, describió El Nacional en la noticia que da cuenta de lo ocurrido.
Entre los detalles, se contaba que el bajista le había ofrecido alojamiento a Canserbero mientras se recuperaba de una depresión. Y que, junto con su esposa, Molnar había ido a recogerlo para llevarlo a su apartamento, después de dejar a sus hijos en casa de su abuela.
En la madrugada del día siguiente, “el rapero tocó la puerta del cuarto y al abrirla se le fue encima a Carlos”, relató el cuñado del bajista, citado por el medio venezolano. Y después se supo que una vecina afirmó haberlo visto lanzarse por la ventana de la cocina.
Ahora, pasados más de ocho años, la Fiscalía venezolana anunció que abrirá la investigación que en un primer momento se consideró como un suicidio. Así lo dijo el fiscal general Tarek William Saab, vía X (antes Twitter).
En el post dijo que la decisión de reabrir la investigación por la muerte de este rapero (recientemente reconocido por Rolling Stone como uno de los mejores raperos en español), responde al “clamor de familiares y amigos”.
Esta vez, la investigación se hará desde Caracas, ya que por años el trabajo había sido coordinado en Maracay, y afirmó que sucederían una serie de “diligencias”, entre estas: inspección técnica del sitio del suceso, levantamiento planimétrico, citaciones a testigos y, entre otras, la evaluación del protocolo de autopsia para verificar la viabilidad de una exhumación. . Asimismo, enumeró una “serie de diligencias de investigación”.